lunes, 24 de agosto de 2009

SANTIAGO AUSERON, MAS CLARO IMPOSIBLE


Quienes hablan de piratería musical son unos hipócritas. Lo dice un creador. Lo dice quien teóricamente sí tendría derecho a quejarse. Y lo dice por una razón muy sencilla: la gente se descarga material audiovisual porque se puede.

Santiago Auserón, ex Radio Futura, alter ego de Juan Perro, critica a quienes critican. Lo ha hecho en una rueda de prensa con motivo del concierto que ofrece esta noche en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Parte de una evidencia: "Que la gente pueda descargar música e imágenes gratis es un hecho irreversible". Y sólo con eso demuestra tener los pies en el suelo.

Al contrario que quienes reclaman medidas contra las descargas por Internet, Auserón es consciente de que "no se le pueden poner puertas al campo". Pero va más allá: "Tratar de criminalizar al usuario es una falsedad terrible".

Auserón tiene claro que el problema no es la gente. Se crean los medios, se facilitan las redes, se idean los programas, pero se quiere impedir que la gente los use. El músico no le ve el sentido. No comprende que se quiera "criminalizar a quienes extraen las consecuencias simplemente de lo que les han puesto en las narices".

Los hipócritas, los que hablan de piratería, tienen nombre y Auserón les señala: "Es una fórmula que está en manos de las grandes multinacionales que todavía esperan seguir obteniendo beneficios a gran escala de las mercancías culturales que llevan manejando desde hace cinco o seis décadas". E incide en que la gente no ha inventado nada: "Nos lo están dando, nos venden los aparatos, nos lo están poniendo en casa y luego no van a pretender que no le des al botón, que no aprendamos a hacer lo que los aparatos pueden hacer".

Su análisis va más allá y entra, cargado de sorna, en la situación profesional de los músicos. Emulando a la escuela socrática pregunta: "¿Que los músicos estamos pagando el pato?" y responde: "Pues sí, es evidente". Y sigue: "¿Que no nos queda más remedio que asumir que vamos a ser el único oficio de la humanidad que trabaja gratis?", respondiendo esta vez con cierta ironía: "Pues por otro lado sería divertido pasar a la Historia por ese hecho, ¿no?".

Recupera la seriedad al afirmar que "tiene que cambiar un poco el modelo de explotación del producto cultural". Auserón da por hecho que la situación ha cambiado, es irreversible, e invita a asumir que "determinados oficios que antes nos hemos beneficiado de la fortuna" no volverán a ser igual: "¿Dónde está escrito que un artista pop, un niñato inculto de barrio que baila con gracia, un travoltín, salga a la palestra y de pronto sea multimillonario?".

Asegura que no tiene problemas en que un chaval se descargue sus temas de Internet. Pero sí le preguntaría a ese chaval "cuánto le saca a su padre cada dos años para comprarse el ordenador más puntero". "Tendríamos entonces que ir los dos a hablar con Bill Gates, a ver dónde está el negocio", explica.

No evita hablar de la SGAE, muy al contrario se moja. Auserón afirma que "la solución no es cargarse a la SGAE" y va más allá diciendo que se necesitan sociedades de gestión, pero se necesita "una visión crítica de los derechos de autor" y reclama "un cambio generacional en los cuadros directivos".

Es más, reconoce que "es verdad que en los últimos tiempos la SGAE se dedica más a adquirir inmuebles con el dinero que sobra de la Fundación Autor que a contribuir a un diálogo social a fondo, sin prejuicios y sin reservismos acerca de, por ejemplo, la propiedad intelectual".

En cuanto a posibles soluciones, reclama un "pensamiento humilde" en torno a este tema. Y asegura que le resultan "muy sospechosos" aquellos que "tienen una opinión completamente asentada sobre todo esto". Considera que es "imposible" tenerlo todo claro en torno a "lo que está pasando" y reclama valentía. Asegura que la situación actual requiere "atreverse a todo y pensarlo todo de arriba abajo, incluido el derecho de autor".

Fuente: el mundo

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