Hace treinta años, cuando andaba con los Trogloditas, ya tenía claro que iba a ser una estrella del rock. Tres décadas después, Loquillo lo celebra con una antología de su carrera. Fiel a su traje negro y a su tupé impecable, hemos comprobado que no es tan duro como parece.
Quería ser rock and roll star. Lo prometió y lo consiguió: 1,95 metros de estrella de rock que cumplen treinta años y nos ha dejado verdaderos clásicos.
Lo celebra con 100 canciones e imágenes inéditas entre las que no estará ésta: "No tengo ni puta idea de tocar la guitarra". Nunca toca la guitarra y eso que tiene una colección. Eso sí, mantiene su fidelidad al negro, la última vez que vistió de otro color fue hace mucho tiempo. "Cuando servía a la Armada española, de marinerito", bromea.
También presenta nuevo vídeo. Se ha ido al desierto con sus amigos Calamaro, Jaime Urrutia y Bunbury. Allí tuvieron que compartir ducha en una pensión. "Jaime Urrutia, Andrés Calamaro y yo en una habitación diminuta, esperando con la toallita para ducharnos, es una de las visiones más apocalípticas que hay", explica.
Siempre canta en el mismo tono: "en el Mi mayor". Pero este pájaro loco no da tantos picotazos como aparenta. "Mantengo la pose y me río de mi mismo", explica.
Hace giras para producir documentales, libros de poemas o teatro. Por cierto, entre sus proyectos a corto plazo, subirse a un escenario, pero como actor.
Fuente: antena 3
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