Las pizzas de cien euros llegan a Barcelona.
El restaurador Fabián Martín, galardonado con el World Gourmet Pizza de Nueva York, y propietario de la Pizzería-Laboratorio de Llívia (Cerdanya), abrirá tras el verano un local en Barcelona en donde ofrecerá sus creaciones, algunas de ellas al prohibitivo precio de cien euros la unidad.
Martín, nacido en Perpinyà en 1968 y criado en Almería, no considera que este precio tan elevado para un producto tradicionalmente asequible como la pizza sea una provocación.
"La pizza es un soporte y depende de los productos que tu pongas sobre ella; lo que sería provocar es hacer una de jamón y queso y venderla a cien euros, pero aún no tengo el talento para hacer eso", afirma, aunque puntualiza que "el placer tiene el precio que uno esté dispuesto a pagar".
Martín sabe de lo que habla, ya que en su establecimiento de Llívia, abierto hace cuatro años, la pizza más demandada es la de Coca-cola, la más cara de todas de la carta (100 euros) así como, en temporada, la de trufa blanca, que se encarece por la exclusividad de esta materia prima. "No me acojono si tengo que fijar un precio de cien euros, si [la pizza] lo vale".
Pizzas fritas "pero ligeras", pizzas aspirables, pizzas transparentes (que requiere cuatro horas de elaboración) compondrán la carta de este futuro establecimiento en el que también se ofrecerán algunos entrantes especiales, como sushi de pizzas o sopa de pizza, dentro de una serie de menús de degustación de diferente, pero elevado, precio.
Como paso previo a la apertura del taller laboratorio para gurmets en Barcelona, en la calle de Loreto (Les Corts), este emprendedor abrirá en unas semanas, a pocos metros de su otro local, un establecimiento en el que ha invertido 450.000 euros, y donde ofrecerá otra línea de pizzas "más napolitanas" y también económicas, que rondarán los 10 euros, con productos de calidad.
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