La Eurocámara no está dispuesta a aceptar que los europeos trabajen 60 e incluso 65 horas semanales. El pleno rechazó ayer en Estrasburgo por mayoría absoluta los elementos centrales de la directiva pactada por los Veintisiete en junio, que permite a empresarios y trabajadores acordar jornadas laborales superiores a las 48 horas semanales máximas previstas en la legislación actual.Es un varapalo para los gobiernos de la UE y les obliga a abrir un proceso de conciliación con el Europarlamento.
Fuente: Elperiodico.com
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