Una noche, previniendo que sería evitado por su esposa, una vez más, el marido pensó en una salida. Entró en su baño, se duchó lentamente y minutos después apareció desnudo en la habitación.
Al ver al marido desnudo y bien perfumado, ella dejó caer la revista que estaba leyendo y dijo:
- “Ay, mi amor ¡Tengo un dolor de cabeza terrible!”.
No obstante vio que el pene del marido estaba todo cubierto por un polvo blanco. Sorprendida, preguntó:
-“¿Qué es eso mi amor?”
Él respondió:
-“ASPIRINA EN POLVO, querida. ¿ Como la quieres vía oral o como supositorio?”
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