Que los españoles pasemos una media de 57 minutos diarios para ir de casa al trabajo y del trabajo a casa es, como poco, preocupante. Más si tenemos en cuenta que usar el transporte público representa un incremento de 40 minutos sobre el empleo del vehículo privado y un sobrecoste de 4,7 euros, lo que explica por qué tantas personas optan por ir en coche a trabajar.
Los datos pertenecen al estudio ¿Cuánto cuesta ir al trabajo? El coste en tiempo y en dinero, que ha editado La Caixa. Traducido a dinero, ir y volver del trabajo tiene un coste muy dispar dependiendo de la zona analizada, que va de los 6 euros diarios en La Rioja, Extremadura, y Galicia, hasta los más de 12 euros que cuesta moverse por Barcelona.
Hoy en día consideramos la movilidad como un indicador de progreso. Es una necesidad que nos hemos creado para poder acceder a nuestros puestos de trabajo y así formar parte de la cadena económica. Por tanto, aceptamos que para que el dinero pase de mano en mano debe existir una movilidad eficaz: cada día debemos ir de aquí a allá y de allá a aquí si queremos cobrar a final de mes. Es lo que hay.
Pero lo que mejor sirve para contribuir al flujo de la Economía es la movilidad eficiente, esto es, la movilidad bien planteada, la que permite que la gente se gane la vida sin perder el tiempo por el camino. Según el estudio de La Caixa pasamos una hora yendo arriba y abajo, lo que representa en términos económicos un 3,5% del PIB de España.
¿Adónde va a parar ese dinero? Hay una parte que efectivamente se mueve, es decir, crea riqueza: el carburante que consumimos, los tributos que gravan nuestra movilidad, el mantenimiento del vehículo, revertirán en una serie de pagos que harán que esa movilidad tenga consecuencias para la cadena económica del país.
Sin embargo, también existe un dinero que literalmente se esfuma. Es el dinero que representa el tiempo perdido en el trayecto. La fórmula para calcular esa pérdida es sencilla. Si tenemos en cuenta lo que cobramos por cada hora que pasamos en nuestro puesto de trabajo, ya sabemos qué nos cuesta esa hora que pasamos en el camino de casa al trabajo y del trabajo a casa. ¿Es mucha la parte que se pierde? Los cálculos de La Caixa hablan de un tercio del total invertido en el viaje. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
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